Raza de perro MUDI


MUDI

Mudi

Descripción

El mudi es un perro de pastor de tamaño medio-pequeño, robusto, fuerte y resistente, de construcción cuadrada, pecho profundo, con las costillas algo planas y una buena osamenta. Asimismo, la línea dorsal se inclina sensiblemente hacia atrás. Su cabeza tiene forma de cuña, con la región facial alargada, el hocico largo que se estrecha, los ojos oblicuos oscuros y las orejas altas y erguidas que le caen hacia delante. Su cola es de inserción media y en reposo es llevada recta, dibujando una curva en forma de hoz. Su pelaje es de longitud media con dos capas: la externa de pelo ondulado a rizado, hasta 7 cm, brillante y de textura suave; y la interna con una lanilla suave protectora. En cabeza y cara el pelo es especialmente corto. El color del manto es variable pero siempre unicolor y uniforme aunque puede presentar ocasionalmente manchas blancas: grises, negro, blanco, marrón, azul mirlo y bayo.

  Origen e historia del MUDI

El Mudi es el pastor húngaro menos conocido, eclipsado por el pumi, puli y el komondor. De hecho fue la última de las cuatro razas reconocida como tal en 1930. Su existencia se remonta a los siglos XVIII y XIX a partir de cruces entre boyeros húngaros aunque antiguos registros sugieran que perros de este tipo, con el pelo negro y rizado, ya existían en la Hungría histórica desde el Siglo XIV tal vez llegados desde algún lugar de los Balcanes en la Alta Edad Media. Su versatilidad y adaptabilidad lo hacían un perro muy completo y útil en los ambientes rurales de la Hungría histórica. Con todo y con eso esta raza estuvo al límite de la desaparición tras la Segunda Guerra Mundial y sólo inició una tímida recuperación a partir de 1970.

  Temperamento y comportamiento del MUDI

El Mudi es un típico perro de trabajo de pastoreo muy versátil e inteligente acostumbrado conducir al ganado, cuidar de las granjas, asistir en la caza y ser un fiel compañero en los ambientes rurales de la Hungría histórica. Hoy en día sigue cumpliendo esas funciones y otras como perro de defensa, usado en la detección de drogas, de guardia y alarma y como participante de pruebas de campo destacando en las de Agility. Por sus características requiere actividad intensa y necesita mucho ejercicio, paseos, actividad, ocupación, correr y jugar. Son aptos para entornos rurales y menos para las limitaciones de la vida urbana aunque son muy adaptables a todas las situaciones. Como perro de trabajo suele estar siempre alerta, es tenaz, infatigable y resistente a las inclemencias del tiempo. Además, es relativamente fácil de adiestrar. En familia son compañeros afables, afectuosos, activos, alegres, fieles y protectores con los niños aunque algo ruidosos y desconfiado con los extraños. Pese a su docilidad se les debe educar con un adiestramiento del tipo refuerzo positivo desde pequeño, con firmeza para impartirle normas de obediencia. Por último, si se aburren o permanecen tiempo inactivos o solos pueden llegar a volverse muy destructivos, compulsivos, nerviosos y ladradores.

  Salud y cuidados del MUDI

El Mudi es una raza rústica y bastante sana que no presenta problemas destacados de salud aunque los ejemplares con pelo descuidado pueden sufrir problemas y enfermedades de piel. Asimismo conviene revisarle sus orejas para prevenir infecciones y hongos, así como los ojos. En el caso de ser un perro de trabajo, o que realice muchas actividades en el campo, es conveniente que se le practique una inspección periódica del pelaje a fin de descubrir eventuales espigas clavadas, pulgas u otros parásitos en la piel o pelos. Especialmente deben revisársele las patas y la parte interna de las orejas. Atención a las garrapatas ya que pueden llegar a transmitir la babesiosis, la ehrlichiosis o la hepatozoonosis, entre otras.

Respecto a su cuidado no precisa muchas atenciones salvo aquellas veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional necesita espacio, salidas diarias, ejercicio y ocupación constante. Por último, el mantenimiento de su pelaje requiere un cepillado regular con peine de crin para retirar los pelos muertos y evitar que se anude o enrede. Asimismo conviene controlarle las pulgas. Por el tipo de pelaje no es necesario un baño regular y basta con que se haga de vez en cuando, cada seis meses.