LEBREL HÚNGARO
Magyar Agar
Descripción
El lebrel húngaro es un perro grande, elegante, de musculatura y osamenta delgadas (pero bien desarrolladas) y el esternón bien marcado. Su cabeza es estrecha y en forma de cuña, con ojos grandes y oscuros y orejas medianas, caídas, triangulares y con su punta redondeada. Su cola es larga y fina, algo enroscada en la punta. Sus patas son largas, siendo las delanteras muy rectas y de huesos finos y las traseras de muslos inclinados, planos y musculosos. Su pelaje es corto y liso, bastante más largo en invierno, de color variado, habiendo una amplia gama de colores y matices aceptados.
Origen e historia del LEBREL HÚNGARO
El lebrel húngaro o Magyar agar es un perro de caza antiquísimo. Su origen se remonta a la época de la conquista de Panonia por los magiares quienes lo traerían consigo seguramente procedente de Asia central. Durante siglos su función ha sido la de sabueso visual y cazador especializado en el lobo, zorro o liebre. En el Siglo XIX fue cruzado con otras razas de lebreles para aumentar su velocidad y hacerlo participar en carreras gracias a su velocidad punta. Hoy por hoy es una raza muy apreciada en Hungría y Rumanía aunque no suele vérsele mucho fuera de allí.
Temperamento y comportamiento del LEBREL HÚNGARO
El lebrel húngaro es un perro usado en carreras, concursos, actividades cinegéticas y como perro de compañía. Por sus características requiere una gran cantidad de ejercicio por lo que es más adecuado para la vida en las zonas rurales, donde tienen más posibilidad de salir al campo, o para familias numerosas y activas con mucho movimiento y con espacio, aunque puedan llegar a adaptarse a la vida urbana y a la vida en apartamentos siempre que se les proporcione el ejercicio necesario. En carreras pueden ser más veloces que el greyhound en algunas distancias dada su gran fortaleza. En la caza son perros espontáneos, resistentes, valientes, de aguda visión, veloces, exaltados y de reacción impetuosa. Hoy por hoy son sobre todo usados para la caza del conejo, la liebre y el zorro. En familia son perros equilibrados, amables, afectuosos, tranquilos, sensibles y de fácil adiestramiento. Son fiables con los niños y tranquilos con otros perros pero más desconfiados con los extraños lo que les convierte en estupendos guardianes. Se vuelven muy activos en el exterior y siempre están dispuestos al juego. Por último, si se aburren, están encerrados o permanecen tiempo solos pueden volverse destructivos y hasta ladradores.
Salud y cuidados del LEBREL HÚNGARO
El lebrel húngaro es una raza que no suele presentar problemas de salud, ni tampoco se le conocen enfermedades congénitas características. Dada su tipología son propensos en algunos casos a enfermedades óseas metabólicas, displasia de cadera y torsión de estómago. Asimismo conviene revisarle su pelaje y ojos para prevenir infecciones y sus orejas para que no se le acumulen bacterias y hongos debido a la humedad que allí se deposita. Por último cabe decir que es una raza sensible a preparados químicos como anti-pulgas, anestesias, etc. por lo que en este sentido debe consultarse a un veterinario siempre.
Respecto a su cuidado es un perro fuerte y saludable que no precisa de un gran mantenimiento además de las atenciones veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional es necesario que pueda ejercitarse y jugar a diario y es preferible que tenga espacio donde moverse. Es necesario además que se le proporcione un lugar acolchado para dormir para evitar que le salgan callos y yagas, algo a lo que es propenso. Atención igualmente al frío extremo pues para esta raza es intolerable. Por otro lado, tras una salida al campo es conveniente que se le realice una inspección a fin de descubrir eventuales espigas clavadas o parásitos (por ejemplo, garrapatas) en la piel o pelos. Especialmente deben revisarse con esmero las patas y orejas. Por último, el mantenimiento de su pelaje corto es sencillo y basta con un cepillado semanal para retirar los pelos muertos.