Raza de gato BURMILLA
El Burmilla es un gato de tamaño mediano, compacto, algo largo, musculoso y patas medianas con garras ovaladas. Su cabeza tiene forma de cuña, redondeada, con los ojos redondos que oscilan entre el dorado y el verde, y las orejas entre medianas y grandes bien separadas, y algo inclinadas hacia adelante. Su cola es larga y se estrecha en una punta roma. El manto es corto, brillante y suave de color claro (Silver) con tipping, es decir, solo el extremo del pelo coloreado presenta un tono más oscuro.
El Burmilla tiene su origen en 1980, a partir de un apareamiento fortuito entre un gato persa chinchilla y una burmés de color lila. Su descendencia de cuatro gatitos, lucía un pelaje corto de vistoso color black shaded silver. La belleza y el agradable carácter de este mestizaje dieron pie a seguir haciendo intentos en esa dirección en busca de la consolidación de la raza. Dos de ellos fueron el punto de inicio y aunque los primeros años fueron complicados a causa de la escasa variedad genética, con el tiempo cada vez más criadores se interesaron. Con la ayuda de la familia Cattery se incrementó la base genética de la raza y en 1983 fue registrada por la Cat Association of Britain (CA) y 7 años después por la FIFE.
El Burmilla es un gato tranquilo, cariñoso y afable. Se adapta perfectamente a la vida en un apartamento. Es muy juguetón, por lo que se convierte en el compañero perfecto para los niños. Es también un gato muy curioso y suele investigar a fondo a su alrededor, pudiendo llegar a perderse si se encuentra al aire libre. Tolera además a otras mascotas.
El Burmilla es un gato fuerte y saludable. Hasta la fecha no se le ha determinado ninguna afección genética característica. Su esperanza de vida se encuentra en la media.
Respecto a sus cuidados el Burmilla no precisa ninguno especial más allá de las atenciones veterinarias típicas a todos los gatos. Su pelaje solo necesita un cepillado esporádico. También conviene revisarles las orejas regularmente.