PERRO DE MONTAÑA DEL ATLAS (AÏDI)
Aïdi
Descripción
El perro de montaña del Atlas, Aïdi o pastor del Atlas es un perro rústico, sólido, musculoso, enérgico, de fuerte constitución y rápido movimiento. Su cabeza tiene forma cónica, similar a la de un oso. Sus orejas son de tamaño medio, con las puntas algo redondeadas que le cuelgan parcialmente. Su cola es larga y bien tupida. Posee un abundante manto de pelo que lo protege tanto del sol, como del frío y le hace de coraza contra chacales y otros predadores de sus zonas de origen. El color del pelaje es bien variado con preferencia por el leonado en todas sus gamas, los tonos amarronados y el negro, a menudo con parches blancos.
Origen e historia del PERRO DE MONTAÑA DEL ATLAS (AÏDI)
El perro de montaña del Atlas, Aïdi, pastor del Atlas o perro bereber es una antigua raza de moloso similar a los pastores de Anatolia y los pastores blancos de las montañas europeos. Seguramente llegó al Atlas de la mano de las legiones romanas y tiene su base en el molossus romano (mastín que acompañaba a las legiones y que fue introducido en distintos rincones de la geografía romana hace 2000 años) cuya raíz se remonta al dogo del Tíbet. Con el transcurso de los siglos sufrió una selección natural en un clima riguroso y en permanente estado de alerta frente a lobos y chacales. Actualmente es una raza abundante en todo el Atlas, especialmente en Marruecos, y en Libia y se ocupa de la custodia y defensa de las propiedades y animales en los pueblos de montaña y las tribus nómadas del desierto y más recientemente se ha convertido en una gigantesca mascota familiar en Marruecos. Pese a que en 1963 su nombre oficial fue el de “pastor del Atlas” en 1969 esto se corrigió. Y es que el Aïdi nunca ha ejercido de pastor en el mismo sentido que se atribuye a este trabajo en Europa.
Temperamento y comportamiento del PERRO DE MONTAÑA DEL ATLAS (AÏDI)
El perro de montaña del Atlas, Aïdi, pastor del Atlas o perro bereber es un clásico guardián molosoide cuya principal actividad ha sido, tradicionalmente, la de proteger y custodiar las propiedades de los pastores y tribus bereberes del Atlas y del desierto del Magreb. También ha sido usado como perro de rastreo de caza, rastreando piezas que luego el lebrel cobraba. Por sus características requiere bastante actividad y necesita ejercicio, paseos, ocupación y juego. Son aptos para entornos rurales y espacios amplios, preferiblemente exteriores, y se adaptan con dificultad a entornos urbanos con todas sus limitaciones. Como perro de trabajo es muy obediente, fiel al pastor, despierto y muy territorial, lo que le hace un perfecto guardián ante extraños y depredadores a los que se enfrenta con valentía, ferocidad y efectividad. En familia son algo tercos pero obedientes, fieles, equilibrados, tranquilos, independientes y afectuosos. Es una raza dominante ante otros perros y desconfiado ante personas desconocidas con los que podría llegarse a encarar. Necesita, por tanto, un adiestramiento y socialización cuidadosos y a edad temprana; con firmeza, refuerzo positivo y cariño para poder tener un compañero fiable. Por último, si se aburre o permanece tiempo inactivo o solo puede llegar a volverse muy destructivo, compulsivo, nervioso y ladrador.
Salud y cuidados del PERRO DE MONTAÑA DEL ATLAS (AÏDI)
El perro de montaña del Atlas, Aïdi, pastor del Atlas o perro bereber es una raza fuerte y sana que no presenta problemas destacados de salud, ni de carácter congénito aunque no está exento de las típicas afecciones de las razas gigantes como la displasia de cadera, de codo, rótula y la torsión de estómago, entre otras. Conviene, además, revisarle sus orejas regularmente para prevenir infecciones y hongos debido a la humedad que allí se acumula. En el caso de ser un perro de trabajo, o bien que realice muchas actividades en el campo, es conveniente que se le practique una inspección periódica del pelaje a fin de descubrir eventuales espigas clavadas, pulgas u otros parásitos en la piel o pelos. Especialmente deben revisársele las patas y la parte interna de las orejas. Atención a las garrapatas ya que pueden llegar a transmitir la babesiosis, la ehrlichiosis o la hepatozoonosis, entre otras.
Respecto a su cuidado no precisa muchas atenciones salvo aquellas veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional necesita espacio, salidas diarias, ejercicio y ocupación regular. Hay que controlar su alimentación, pues tienden al sobrepeso. Por último, respecto al mantenimiento de su tupido pelaje es necesario que se le practique un cepillado regular para retirar los pelos muertos, evitar enredos y mantenerlo en buen aspecto.