PEQUINÉS
Pekingese
Descripción
De aspecto leonino y con expresión alerta, el Pekinés o Pequinés es un perro pequeño y bien equilibrado, paticorto y de cara parecida a la del carlino. Sus orejas son largas, caídas y plumosas y su cola es alta, empenachada y la lleva curvada sobre un costado. Su pelaje es largo y denso, a veces en exceso, en una amplia gama de colores.
Origen e historia del PEQUINÉS
El Pekinés o Pequinés es una de las razas más antiguas que existen y está estrechamente ligado al lobo asiático. Las primeras referencias de estos perros se encuentran en grabados coreanos de en torno al 2500 a.C. y sin duda sus genes están en la base de algunas razas asiáticas como el Chin o el Spaniel tibetano. A partir del Siglo VIII ya se les conocía por ser los perros de la familia imperial China. Durante siglos la raza estuvo ligada a la aristocracia y a la religión.
Su llegada a Occidente tiene que ver con la irrupción de las tropas británicas en la Ciudad Prohibida en 1860 durante la Segunda Guerra del Opio. Algunos de estos perros fueron robados y trasladados a Gran Bretaña donde revolucionaron la alta sociedad británica como mascota de lujo. Por esa época en China la Emperatriz Tzu-Hsi redactó el primer estándar o normas de cómo debían ser estos perros. Hasta los años 80 el Pekinés ha sido una de las mascotas de compañía preferidas en todo el mundo aunque hoy en día han sido desplazados por sus parientes Shih Tzu.
Temperamento y comportamiento del PEQUINÉS
El Pequinés fue tradicionalmente el perro de corte de las dinastías imperiales chinas. En Occidente la raza ha sido considerada desde su aparición exclusivamente como mascota y perro de para concurso.
Son perros ideales para la vida urbana y prefieren la vida en interiores. Les es buena cualquier tipo de familia pero los Pequineses no toleran la soledad. Requieren cierto ejercicio pero no son ideales para excursiones. En familia son refinados compañeros afables, tiernos, orgullosos, equilibrados, juguetones, vivos, dulces, sensibles y bulliciosos. Aprecia la compañía de los niños, el juego y complacer a sus dueños aunque pueden ser independientes, tercos y se muestran indiferentes con los desconocidos. Pese a todo son sumamente inteligentes y aprenden con facilidad aunque adiestrarlos podría ser un reto ya que, pese a su tamaño, es probablemente la raza más directamente emparentada con el lobo asiático. Si están bien socializados se suelen comportar bien con otros perros y pueden llegar a convivir con otro compañero canino o incluso felino.
Por último, si el Pekinés se aburre, permanece tiempo inactivo o solo puede llegar a volverse muy destructivo, compulsivo, nervioso y bastante más ladrador de lo habitual.
Salud y cuidados del PEQUINÉS
El Pekinés es una raza longeva que puede, sin embargo, sufrir algunas enfermedades además de los problemas comunes a todos los perros. Son característicos de la raza los problemas oculares como: cataratas, irritaciones por el pelo, distiquiasis, atrofia progresiva de retina y “ojo seco”. Además pueden sufrir lipomas y enfermedades comunes a las razas reducidas como luxación de rótula, degeneración de discos vertebrales, glaucoma y estenosis de la aorta.
Respecto a su cuidado, el Pequinés no precisa demasiadas atenciones, más allá de su pelaje y de aquellas veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional necesita salidas diarias, algo de ejercicio y algo de ocupación regular. Hay que controlar especialmente su dieta ya que una vida sedentaria y una mala dieta pueden conducir al sobrepeso. Por otro lado, cuando realice actividades en el campo es conveniente inspeccionarle la piel y pelos a fin de controlar eventuales espigas clavadas, pulgas u otros parásitos, con especial atención a las garrapatas.
Por último, su pelo largo necesita un acicalamiento regular, debiéndose cepillar semanalmente un mínimo de dos horas, deshacerle los posibles nudos y vigilar las posibles irritaciones de piel. Igualmente es preferible que al Pekinés se le bañe cada mes o dos meses para mantener su pelaje lustroso y no dañar en exceso la piel.