PERRO DE CASTRO LABOREIRO
Cão de Castro Laboreiro
Descripción
El perro de castro laboreiro es un moloso fuerte, vigoroso, rústico y de aspecto mastinoide en sus proporciones, algo acentuado por su pecho ancho, profundo y fuerte y sus patas rectas y de huesos grandes. Su cabeza es grande y estrecha, con ojos almendrados de expresión severa y orejas de tamaño medio colgantes, finas y puntiagudas. Su cola es gruesa en forma de cimitarra. Su pelaje, a veces llamativo, es corto, sin capa interna, mate, liso y grueso, de color pardo lobo, marrón a rojizo, en todas sus gradaciones.
Origen e historia del PERRO DE CASTRO LABOREIRO
El perro de Castro Laboreiro es una raza histórica y muy antigua presente en la Península Ibérica desde la prehistoria. Su área de distribución tradicional es el norte de Portugal y, de hecho, no suele verse fuera de Pontevedra, en Galicia y el norte de Portugal (Minho y Tras-os-Montes). Originariamente desciende de antiguos mastines llegados a la Península Ibérica con los ejércitos romanos y en su sangre, probablemente hay cruces con el mastín español. Su dureza y su aspecto amenazador lo convierten en un perro poco apreciado como mascota. De ahí su escasez.
Temperamento y comportamiento del PERRO DE CASTRO LABOREIRO
El perro de Castro Laboreiro es un clásico guardián molosoide cuya principal actividad ha sido, tradicionalmente, la de proteger y custodiar granjas y fincas rurales y en menor medida la de conducir y guardar el ganado. Hoy en día es también usado como mascota en ambientes rurales. Por sus características requiere bastante actividad y necesita ejercicio, paseos, ocupación y juego. Son aptos para entornos rurales y espacios amplios, preferiblemente exteriores, y se adaptan con dificultad a entornos urbanos con todas sus limitaciones. Como perro de trabajo es muy obediente, fiel al pastor, despierto y muy territorial, lo que le hace un perfecto guardián ante extraños y depredadores a los que se enfrenta con valentía, ferocidad y efectividad. Tienen un característico ladrido agudo y amenazador. En familia son algo tercos pero obedientes, mansos, bonachones, fieles, equilibrados, tranquilos, independientes, afables, afectuosos y muy protectores con los niños. Es una raza dominante ante otros perros y desconfiado ante personas desconocidas con los que podría llegar a encararse. Necesita, por tanto, un adiestramiento y socialización cuidadosos, y a edad temprana, con firmeza, refuerzo positivo y cariño para poder tener un compañero fiable. Por último, si se aburre o permanece tiempo inactivo o solo puede llegar a volverse muy destructivo, compulsivo, nervioso y ladrador.
Salud y cuidados del PERRO DE CASTRO LABOREIRO
El perro de Castro Laboreiro es una raza fuerte y sana que no presenta problemas destacados de salud, ni de carácter congénito aunque no está exento de las típicas afecciones de las razas gigantes como la displasia de cadera, de codo, rótula y la torsión de estómago, entre otras. Conviene, además, revisarle sus orejas regularmente para prevenir infecciones y hongos debido a la humedad que allí se acumula. En el caso de ser un perro de trabajo, o bien que realice muchas actividades en el campo, es conveniente que se le practique una inspección periódica del pelaje a fin de descubrir eventuales espigas clavadas, pulgas u otros parásitos en la piel o pelos. Especialmente deben revisársele las patas y la parte interna de las orejas. Atención a las garrapatas ya que pueden llegar a transmitir la babesiosis, la ehrlichiosis o la hepatozoonosis, entre otras.
Respecto a su cuidado no precisa muchas atenciones salvo aquellas veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional necesita espacio, salidas diarias, ejercicio y ocupación regular. Hay que controlar su alimentación, pues tienden al sobrepeso. Respecto al mantenimiento de su pelaje éste requiere un cepillado regular con peine de cerdas tanto para retirar los pelos muertos, como para prevenir problemas en la piel. Igualmente puede ser bañado cada cierto tiempo.