Freud, Dalí, Baudelaire… fueron muchos los personajes históricos que compartieron su vida con una mascota… ¿quizás, la fuente de su inspiración?
Descubrimientos científicos, grandes y valerosas hazañas, divertidas anécdotas, méritos militares, obras artísticas que marcaron un antes y un después… la mayoría de personajes célebres que han pasado a la Historia lo han hecho por estas razones. Sin embargo y a pesar de que cuando se les recuerda se tiene en cuenta su contexto familiar, en pocas ocasiones se menciona a sus mascotas; unos animalitos que, para muchos de ellos, fueron tremendamente importantes. Hoy repasamos algunos de estos referentes y sus peludos más especiales.
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1. Freud: parece que al doctor le encantaban los Chow Chow. Su preferido fue Jo-Fi, a quien incluso llegó a utilizar en algunas terapias para calmar a los pacientes (con los niños resultaba un método muy efectivo). Evidentemente, el can cumplió a rajatabla el secreto profesional.
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2. Marylin Monroe: la diva era una auténtica amante de los canes, tanto que llegó a compartir uno con Arthur Miller -Hugo, un Basset Hound-, y otro se lo regaló Frank Sinatra -Maf, un caniche blanco-. Rescatamos una de sus frases para ilustrar lo que sentía por ellos: “los perros nunca me muerden. Solo lo hacen los humanos”. Muy propia, ¿verdad?
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3. Paul McCartney: quien dedicó a su perra Martha -un pastor inglés precioso-, la famosa canción de los Beatles Martha, my dear.
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4. Lincoln: el suyo, Fido, fue el primer First Dog en ser fotografiado en la Casa Blanca. Por la institución pasaron también los de Bill Clinton, entre los que destaca Socks, muy famoso durante el primer mandato del político estadounidense. Barney y Bo, un Terrier y un Perro de Agua de Bush y Obama respectivamente, son algunos de los últimos.
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5. Dalí: seguro que lo habías adivinado; el excéntrico artista no podía tener otra mascota que un gato, un ocelote tremendamente elegante. Se llamaba Babou.
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6. Baudelaire: no es la primera vez que te hablamos de poetas y mascotas; de hecho ya lo hicimos en nuestro artículo Libros y tebeos para disfrutar en compañía felina. Sin embargo, Baudelaire es uno de nuestros favoritos. Atormentado, este “maldito” admiraba como ninguno la elegancia y comportamiento felinos.Y no nos extraña.
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7. Ana Frank: en su diario, la escritora menciona varios gatos. Moortje, Tommy, Boche y Mouschi tuvieron especial importancia en su vida. Pero el escritor amante de los gatos por excelencia fue Hemingway, en cuya casa de Key West llegó a albergar más de un centenar. Curiosamente la mayoría de ellos padecía polidactilia (seis dedos). Su preferido fue, sin duda, Snowball, un ejemplar que le regalaron en 1930. Tras su muerte, su residencia se convirtió en refugio y museo de más de 60 felinos, la mayoría descendientes de los del autor.
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8. Hitchcock: el cineasta adoraba a su Seayham Terrier Sarah.
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9. Renoir: tal era su pasión, que durante el análisis de sus cuadros se han llegado a encontrar pelos de gato.
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10. Mozart: se dice que este músico enseñaba sus composiciones favoritas a su estornino. Seguro que hubiera sido una gozada escucharlo.
Por supuesto y como no podía ser de otra manera, caemos en la tentación de poner punto y final a nuestro artículo con una preciosa estrofa de la Oda al Gato de Pablo Neruda:
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.
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