Uno de los servicios desinteresados que prestan nuestros adorados perros es el de hacer de guía, de perro lazarillo, a las personas invidentes
En España, hay cerca de 1.000 invidentes o personas o con discapacidad visual grave que se ayudan de uno de estos amigos tan ejemplares.
¿Cómo se elige y adiestra a un perro guía?
Las razas de perros guía más habituales son el labrador, el pastor alemán, el golden retriever y el slat coated. También se puede recurrir a otras razas, como los caniches gigantes, para aquellas personas que padecen alergia al pelo de las otras razas.
Pero si hay una raza que destaca sobre el resto ésta es el labrador. Su sociabilidad y gran capacidad de adaptación lo convierten en el perro guía por excelencia. En este podio solidario le sigue el golden retriever, una raza que destaca por su inteligencia y sensibilidad. El pastor alemán, un perro noble que incomprensiblemente ha desaparecido prácticamente de nuestras calles y jardines, es un perfecto compañero. Es muy dinámico e inteligente.
¿Cómo se adiestra a un perro guía?
Hay muchos métodos. Uno de ellos consiste en llevarlos a una familia de acogida cuando cumplen los dos meses. Esta primera fase consiste en enseñarles lo más básico, normas de comportamiento esenciales. La siguiente fase es la del adiestramiento específico, donde aprenden a ser verdaderos perros guía. Se les enseña a caminar por delante de sus compañeros humanos, a detenerse en los semáforos en rojo o cuando un vehículo circule por la calzada, a pararse ante un bordillo, a evitar obstáculos, etc. Esta fase puede llegar a durar un año o incluso más timpo.
Es tal la exigencia del adiestramiento que el animal se negará a obedecer órdenes que puedan poner en riesgo la seguridad del humano. ¿Recuerdas las leyes de la robótica de Asimov? “Ningún robot -o perro guía- causará daño a un ser humano o permitirá, con su inacción, que un ser humano resulte dañado. Todo robot obedecerá las órdenes recibidas de los seres humanos, excepto cuando esas órdenes puedan entrar en contradicción con la primera ley. Todo robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando esta protección no entre en contradicción con la primera o la segunda ley.”
¿Cómo debemos actuar cuando nos cruzamos con un perro guía?
Debemos actuar con normalidad, con tranquilidad, sin levantar la voz, ni silbar…
No debemos darles de comer, ni llamarles.
Tampoco permitamos que nuestro perro se acerque a él para curiosear o jugar.
Facilítales el paso y cédeles un sitio cómodo en el transporte público. ¡Tienen prioridad!
Nunca tires de la correa ni le agarres del arnés. Aunque parezcan consejos obvios no todo el mundo los sigue.
Jubilación
El trabajo de perro guía no dura para siempre. A los 9 o diez años, aproximadamente, sus condiciones físicas empiezan a deteriorarse y este hecho afecta a su capacidad de ayuda. Sí, los perros guía también se jubilan. Normalmente, la persona que ha sido su compañero durante tantos años lo adopta por cariño. Pero a veces no ocurre así, y el perro debe volver a su lugar de origen, donde fue entrenado. Allí intentarán buscarle un hogar de acogida donde le traten como se merece por su trabajo desinteresado.
Si te decides por adoptar uno, lo primero: ¡gracias!, pero ten en cuenta que el animal ha seguido una estricta rutina durante años y probablemente le cueste adaptarse a su nueva vida al principio.
Ayúdale a adaptarse, como él hizo con su anterior humano durante gran parte de su vida. Devuélvele todo el cariño que él dio. Se lo merece.