Lo ideal es acostumbrarlos desde pequeños al arnés y la correa
Sí, sacar a pasear a un gato, no nos hemos equivocado porque sacar a pasear a un perro no requiere demasiadas explicaciones pero sacar a un felino… Es diferente. Seguro que muchos os imagináis este momento a vuestro gato arañando y bufando como si no hubiese mañana y eso ¡Sin haber ni olido la calle! Solo tratando de ponerle el arnés.
La calle debe ser para un gato como para nosotros viajar a otra galaxia, da un poco de canguele… Porque lo desconocido asusta y más cuando no sabes que hay ahí fuera.
Agorafobia gatuna
Los perros deben salir a pasear para hacer sus necesidades pero el gato tiene su bandeja de arena y no le hace falta, entonces ¿Para qué sacar a mi gato a pasear?
Lo primero será que se acostumbre a llevar tanto un arnés como una correa dentro de casa. Tendrás que armarte de paciencia hasta que deje de retorcerse. Puedes darle premios y lo ideal sería que el paseo fuese en un jardín privado.
Algunos consideran que sacar de paseo al gato sirve para estimularlo pero para otros solo sirve para que se estresen y se asusten. Sacar a un gato a la calle significa sacarle de su zona de confort y la posibilidad de encontrarse con perros desconocidos y cuando un perro ve a un gato… Acción- reacción.
Como aprender inglés, mejor de pequeños
Si a pesar de todo estás decidido a salir con tu gato a la calle, acostúmbralo desde pequeñito o será terriblemente difícil hacer que se adapte ya no solo a salir a la calle sino a llevar puesto el arnés y la correa.
Ponle el arnés en casa y deja que se acostumbre, si se enfada mucho quítaselo y prueba más tarde o un par de días después. La paciencia es la clave.
Un mundo nuevo que no un mundo ideal
Fuera de casa, el gato no tendrá sus marcas de olor, es todo un mundo nuevo y como curiosos que son, querrán explorarlo todo: pajaritos, árboles, otros gatos… Cualquier cosa llamará su atención. Los primeros días procura que los paseos sean a lugares tranquilos donde no haya demasiada gente ni ruido ¡Ni perros!
Para no llevarle a rastras o que se agarre con las patas al marco de la puerta, podemos llevarle en un bolso o en un transportín, así se irá acostumbrando al exterior.
No pases mucho rato dando el paseo, deben ser cortos de unos diez minutos. Déjale que explore y no olvides llevarte contigo los premios. Recuerda que los gatos se asustan con facilidad y si lo hacen cuando están en casa, el susto en un lugar que no conocen se multiplica.
Cómo elegir el tipo de arnés
Lo primero es elegir la talla adecuada. Todos sabemos lo incómodo que es vestir con prendas demasiado ajustadas… Con el gato pasa igual no debe apretarle demasiado pero tampoco lo debe llevar colgando ya que podría escaparse.
Existen arneses y correas para todos los tipos: gatos y gatitos. La correa debe ser corta y no utilices las retráctiles para perros ya que puedes hacerle daño. Las ideales son las elásticas que pueden estirarse y permiten que el animal husmee a su aire y a la vez, esté seguro.
Salud de hierro
Si vas a salir con tu gato llévalo al veterinario para que te de un collar antiparasitario o pipetas para evitar que traiga ‘amigos’ a casa y asegúrate de que tenga al día todas las vacunas.
Costumbre muy cosmopolita
No es habitual ver a gatos paseando, al menos, en nuestro país. Por contra, en países como Alemania o Suecia sí que es una práctica más extendida. Algunos expertos dicen que los siameses disfrutan mucho de estos momentos.
Si el gato se niega a salir al exterior, no lo obligues. Solo conseguirás que se estrese y se vuelva inseguro. Disfruta de tu gato pero nunca olvides que un gato no es un perro. Por lo general, los gatos disfrutan más del mundo desde la comodidad de una ventana con una reja que desde la propia calle. Son como los humanos a través de Internet: terriblemente valientes tras la pantalla del ordenador.