¿Has notado que tu gato a veces se interesa por una zona en particular de tu cuerpo?
Tras una dura jornada de trabajo, un mal día con la pareja, etc. te tumbas en el sofá y tu mixino se acuesta sobre tu regazo y empieza a emitir ese sonido tan agradable. Esto puede deberse a que nuestro gato se ha percatado de que algo no va bien en esa parte de nuestro organismo, ha captado un problema de salud o incluso emocional. En ocasiones, el gato también actúa así con una mujer embarazada. De alguna manera sabe que hay un bebé gestándose y sus ronroneos se dirigen a él. O a niños con problemas como el autismo… Los gatos consiguen a través del simple contacto con su cuerpo, de su ronroneo, beneficios que no se obtienen con otras actividades pensadas para ellos. Pero los gatos también pueden ronronear cuando siente algún tipo de dolor físico, padecen una enfermedad, sienten miedo, cuando están junto a sus cachorros, y en mil situaciones más.
¿Hay una base científica que demuestre los beneficios que los gatos ejercen sobre nosotros?
Hay una investigación, referente en este campo, realizada por la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU., que logró demostrar que el ronroneo se encuentra en una frecuencia de entre 25 y 40 hercios por segundo, idéntica a la onda que se utiliza en la rehabilitación de fracturas de huesos. La vibración del ronroneo es continua, repetitiva, capaz de estimular la regeneración de la densidad de los huesos de los gatos y facilitar su cicatrización. Lo que no ha podido demostrarse es que consiga los mismos beneficios en los huesos ajenos, en este caso, los humanos.
En un plano más subjetivo, sí está claro que el ronroneo de nuestro gato consigue relajarnos, mejorar nuestro estado anímico y bienestar. Si sufrimos de presión arterial, jugar con el gato y escuchar su ronroneo puede reducir la presión.
El ronroneo también estimula la producción de serotonina, una sustancia química producida por el cuerpo humano que funciona como un neurotransmisor. Algunos investigadores la consideran como la sustancia química responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo, por lo que un déficit de serotonina podría derivar en una depresión. Cuando esta hormona se produce por medios naturales genera una profunda sensación de bienestar y relajación.
Los japoneses han sido los más rápidos en aprovechar estos beneficios gatunos. Fue en el país nipón donde aparecieron los primeros bares de gatos, donde los clientes juegan con los gatos alojados en este bar-guardería. Durante una o más horas, además de beber como en cualquier otro bar, se puede acariciar o simplemente observar a los mixinos. Nos relajamos y cargamos de energía positiva.
¿Cómo consiguen emitir este particular sonido?
A partir de los 15 días de edad los gatos ya son capaces de ronronear gracias a unos órganos cercanos a la nariz cuando hace vibrar sus cuerdas vocales. Nosotros captamos este sonido no solo por el oído, sino también por medio de los corpúsculos de Pacini, terminaciones nerviosas situadas en la superficie de la piel. Hay que aprovechar cuando el gato ronronea para acariciarle, mostrarle cariño, hacerle mimos, ya que este sonido único en la naturaleza es una herramienta de comunicación que nos permitirá mejorar la relación con nuestro querido gato.