Igual que nuestro hogar, la jaula del pájaro debe mantener unas condiciones mínimas de higiene; un estado “de revista” para el que resulta conveniente conocer algunos trucos
Una de las mascotas que, a priori, parece más sencillas de adoptar, son los pájaros: no necesitan demasiado espacio para vivir y desarrollarse, no ensucian (supuestamente) y no se les asocia con determinadas enfermedades ni alergias -como suele hacerse en el caso de los perros y gatos u otros compañeros peludos-. Sin embargo, se trata de animales para cuyo cuidado tendrás que conocer una serie de pautas de salud, alimentación, ejercicio y hasta higiénicas. Y es en estas últimas en las que nos centraremos hoy, pues mantener la jaula de nuestra ave en perfectas condiciones nos ayudará a prevenir patologías y problemas que revistan mayor gravedad.
Pautas para limpiar la jaula
Sé previsor coloca en la base, en la bandeja, un papel de periódico que cambiarás, al menos, dos veces por semana. En el mercado también encontrarás sustratos y arenas absorbentes, muy similares a las de gato, que acabarán con los malos olores.
El bebedero del pájaro es una fuente constante de bacterias e infecciones. Para evitarlas, cambia el agua diariamente y límpialo bien. Procura que tenga las dimensiones apropiadas (cuanto más grande, mejor) y accede a las partes más difíciles valiéndote de un pequeño cepillo de dientes viejo. Al margen de la proliferación de microorganismos en el medio acuático y de los citados problemas de salud, el agua estanca podría atraer a insectos y similares. Un matiz: cuando los instales, procura que no queden por debajo de columpios, ni de las perchas, para que no caigan dentro las deposiciones.
En verano, asimismo, solemos incluir un recipiente con agua para que tengan la opción de refrescarse si hace mucho calor, una piscina a su medida cuyo contenido deberemos renovar diariamente, como en el caso anterior. Respecto a su disposición, seguiremos reglas idénticas.
Evita rellenar los comederos, es mejor que los quites: sí, ya sabemos que resulta más cómodo, pero merece la pena estar un poco al tanto para evitar la proliferación de gérmenes en su comida.
Por otra parte, son muchas las aves presumidas que adoran mirarse y acicalarse frente al espejo, un accesorio cuya inversión disfrutamos con tan solo verles “charlar” y picotear frente a su imagen. Por supuesto, se trata de un complemento que se ensucia fácilmente, y que deberás retirar al menos una vez a la semana. Con el resto de juguetes sucede exactamente lo mismo, pues es fácil que los columpios y cuerdas se manchen de heces.
Si tus pequeños alados se encuentran en época de cría y/o han tenido polluelos, cuidadín, pues el interior del nido es sagrado. Ni se te ocurra tocarlo hasta que termine el proceso.
Ten especial precaución con los productos que utilices, la limpieza no es sinónimo de químicos agresivos. Decántate por uno que no deje demasiado olor (el animalito es muy sensible), de calidad, y de toxicidad reducida. Si puedes hacerte con uno específico, tanto mejor. La clorhexidina –un antimicrobiano- es ideal. Enjuaga los recipientes y accesorios varias veces para acabar con cualquier resto nocivo. El lavaplatos es quizás, la mejor alternativa.
Para una limpieza en profundidad deberás cambiar a tu pájaro de jaula. Métela bajo la ducha, frótala con un estropajo con jabón y sécala inmediatamente con papel de cocina para que no se oxide. Si la dejas al son durante una hora, mejor.
Al margen de lo citado y pesar de nuestras recomendaciones, es frecuente encontrar a pájaros que se estresan cuando sus dueños les limpian “su casa”. Reducir la frecuencia higiénica no es una opción, así que trata de hacerlo lo más rápido posible y consulta al veterinario para lograr que tu pajarito tenga un hogar reluciente sin pasarlo mal.
Cómo limpiar la jaula del pájaro es un consejo para Aves, y habla sobre Salud e Higiene.