Cómo cuidar a un perro mayor

Conoce las necesidades adicionales que necesita un can cuando alcanza la vejez

Compartimos con él instantes de felicidad, de dicha, juegos, alegrías y penas. Estuvo a nuestro lado cuando enfermamos y trató de animarnos con sus lametones en el peor de los momentos. Sí, la convivencia con un perro puede ser maravillosa y marcar un antes y un después en nuestra vida y en la del animal. Sin embargo y por desgracia, canes y humanos no envejecemos a la misma velocidad. Y es por eso por lo que, en determinado momento, deberemos asumir que nuestro peludo se ha convertido en un anciano, un adulto maduro que requiere de unas atenciones añadidas a las que siempre ha necesitado. Conócelas y cuida de él con todo tu cariño.

Cómo cuidar a un perro mayor

• Controla su dieta: cambia su pienso por uno específico, bajo en grasas. La mayoría de marcas de gama alta tienen alguno concreto para ejemplares mayores, incluso se clasifican según los años cumplidos del animalito. Opta por aquellos que contengan antioxidantes, ácidos grasos Omega 3 y 6, cereales integrales y antioxidantes. Otra alternativa un tanto más costosa es la de cocinarle a tu pequeño amigo, una “actividad” para la que habrás de conocer sus requisitos nutricionales, los alimentos más recomendables y los que tendrías que descartar.

• Cuida sus dientes: como sucede con las personas, la dentadura del perro se desgasta con la edad, motivo por el que se incrementará su predisposición a sufrir dolencias bucodentales. Para prevenirlas, lávale los dientes todos los días con un cepillo y pasta para perros (la encontrarás en cualquier tienda de mascotas), reduce la comida húmeda y las “chuches” y adquiere complementos nutricionales antiplaca para combatir el mal aliento y el sarro.



• Oblígale a hacer ejercicio y a jugar: la actividad física resulta fundamental para mantener a raya el peso de los canes maduros. Además, le alejará de enfermedades degenerativas como la osteoartrosis, etcétera, que habitualmente afectan a su movilidad y cuyo padecimiento les causa tremendos dolores. Para conseguirlo, atrévete a ir más allá de los paseos diarios. Sácalo al menos dos o tres horas al día y mantén un buen ritmo de caminata. Si eres deportista también puedes decantarte por el canicross, una modalidad en la que el atleta se ata –con la ayuda de un arnés- a su perro a la cintura y corre con él. Además, se trata de una actividad que fortalecerá vuestros lazos afectivos y relación en general. Antes de intentarlo, eso sí, consulta con un especialista.

• Incrementa la frecuencia y número de visitas al veterinario: no escatimes pues, alcanzadas ciertas edades, es preferible descartar problemas de antemano que esperar a las complicaciones, mucho más difíciles de paliar en la tercera edad. Asimismo, algunos expertos recomiendan cambiar su programa de vacunaciones.

• Procura que esté cómodo: proporciónale una cama mullida y confortable, y coloca su comedero y bebedero en un lugar de la casa al que le sea fácil acceder.

• Cepíllale con frecuencia: para mantener su pelaje brillante y suave. Con la edad, los perros tienden a perder más pelo y su tacto cambia, volviéndose más áspero.

• Mímale: tus caricias y amor le facilitarán sobreponerse a los inconvenientes y limitaciones de la vejez.

• Revisa sus orejas: lávalas bien para descartar problemas de audición.

• No te excedas con los baños: regula la frecuencia de los baños, pues podrían resecar la dermis de tu mascota, más sensible en esta etapa. Es probable que tengas que cambiar de champú.

Al margen de estos consejos de índole práctica, presta atención a los signos de envejecimiento que va presentando tu peludo. El oscurecimiento de la piel –que adopta un tono grisáceo-, la vista nublada, la apatía por el juego, las uñas quebradizas, la falta de brillo en el pelaje, el aumento de los ronquidos, la escasez de apetito y el mal humor son algunas señales clave.

En definitiva: ten paciencia y ayúdale a seguir disfrutando de la vida.

Águeda A. Llorca Bravo
Periodista y fotógrafa