webanimales.com

Perros con miedo a los ruidos fuertes

Consejos para enfrentarnos a los ruidos de tono alto: El estrés acústicos en los perros y cómo combatirlo.

Como a los seres humanos a muchos perros les resulta molesto determinados ruidos de alta frecuencia, es decir, aquellos entre 1 kHz y 6 kHz. Otros en cambio, aquellos de gran intensidad, ruidos explosivos, ruidos de impacto y ruidos con fuerte contenido tonal les pueden llegar a asustar, aterrar o enloquecer. Cuando un perro se altera por un sonido de estas características no debe ser culpado de ello. Téngase en cuenta que su oído está preparado para captar mucho mejor que nosotros cualquier tipo de sonido, incluso los de baja frecuencia y ultrasonidos.

Por lo general los perros llorarán, se esconderán y puede que incluso busquen refugio saltando sobre su dueño y utilizando su cuerpo como escudo. Aunque en realidad son más los gatos que los perros los que suelen sufrir un mayor estrés acústico al poder oír los tonos muy altos alrededor de 1 octava por encima de aquellos (y 1,6 octavas por encima de los humanos) cualquier perro alterado por ruidos puede llegar a presentar signos evidentes de estrés acústico que se manifestarán en uno o varios de los siguientes síntomas: desde desórdenes emocionales, depresión, estrés, aumento de la presión sanguínea, respiración más acelerada de lo normal, pupilas dilatadas, incremento en la salivación, temblores, convulsiones, vómitos, cansancio repentino, espasmos a incluso un infarto con posible muerte en individuos con afectaciones coronarias (más frecuente en perros pequeños).

En general hay factores que pueden facilitar esta tendencia tales como aspectos genéticos, es decir, razas de perro que sean más sensibles al ruido dado su permanente estado de alerta lo que les predispone a futuro a un estrés acústico; o bien una socialización temprana deficiente donde no se haya trabajado este aspecto.

Los perros con miedo.

Igualmente, el estrés acústico puede derivar en fobia si además la situación (por ejemplo, explosiones por petardos) son asociadas a experiencias negativas. De esta forma, ante situaciones de pánico un perro con fobia reaccionará de múltiples maneras algunas incluso potencialmente peligrosas para nosotros ya que en estas situaciones pierden momentáneamente el control cognitivo y podrían incluso atacarnos si se sienten acorralados. Es por ello que nuestra correcta actuación resulta esencial.

¿Cuáles son los ruidos que pueden abrumar a nuestra mascota?

¿Qué podemos hacer?

Nuestro papel debe ser el de enfrentar a nuestro perro a la fobia de una manera resuelta, controlada y divertida (dándole un estímulo positivo). Existen técnicas propias de adiestradores profesionales cuya regla básica sería la de empezar con estímulos en una intensidad-aproximación baja y no aumentar la intensidad hasta que el perro no se haya habituado a la fase anterior. Con esta técnica se busca que el perro recupere el control cognitivo de la conducta en presencia del estímulo temido. Esto es más fácil que lo logremos ante los ruidos periódicos, por ejemplo, los domésticos y menos ante otros estímulos intermitentes en el tiempo como los petardos, ya que no conseguiremos que nuestra mascota se habitúe.

En todo caso, ofrecemos aquí algunas soluciones domésticas más sencillas que pueden resultarnos útiles para enfrentar el problema.

Santi Hernàndez Orenes.
Colaborador Webanimales

diciembre de 2014