Con el paso del tiempo y fruto del envejecimiento, los tejidos del gato se deterioran y pierden elasticidad
Como os contamos en un artículo anterior, la artrosis felina u osteoartrosis es una enfermedad muy común entre los gatos de edad avanzada. Su masa muscular disminuye y sus huesos se desgastan. Esto puede provocar la aparición de múltiples enfermedades como la artrosis, muy común entre los felinos de edad avanzada –de hecho, como indicábamos en el anterior artículo, según varias investigaciones, el 90% de los gatos mayores de 12 años la padece-.
Desgraciadamente, la artrosis u osteoartrosis es una patología degenerativa e irreversible. Causa dolor en las articulaciones como consecuencia de ciertos cambios en el cartílago, desgastes y neoformaciones óseas; una mialgia que –a diferencia de los perros- el minino tratará de ocultar. Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado ayudarán a aumentar su calidad y esperanza de vida. Queremos compartir contigo algunos consejos.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro gato enfermo?
Lo primero que debemos hacer es llevarlo al veterinario. Sin su diagnóstico, todo intento por ayudar puede ser incluso contraproducente. El tratamiento más generalizado consiste en la combinación de medicamentos (caso de Meloxicam) y otros recursos.
El Meloxicam es un antiinflamatorio que se emplea para controlar el dolor. Se presenta en píldoras pero también puede inyectarse. Hay que tener en cuenta que tiene unos efectos secundarios, entre los que destacan problemas gastrointestinales y enfermedades hepáticas o renales. Recuerda que el veterinario le efectuará un seguimiento para establecer la dosis mínima eficaz.
Otra solución es el Adequan, unas inyecciones intramusculares que contienen glicosaminoglicanos, sustancias naturales que refuerzan el cartílago. Consigue reparar el cartílago y reduce su proceso de desgaste. Entre sus ventajas destacan su tolerabilidad y el hecho de que puede combinarse con otros suplementos indicados para la artritis.
En el mercado hay diferentes opciones disponibles a la venta directamente. Uno de ellos es el Cosequin, muy conocido, que combina condroitina y glucosamina y consigue reducir la inflamación de las articulaciones. Antes de adquirir y, por supuesto, administrar a tu gato cualquier sustancia de este tipo, consulta a tu veterinario. NO experimentes con la salud de tu mascota.
Más allá de medicamentos y fármacos, la alimentación juega un papel muy importante. Trata de diseñar una dieta específica para trastornos articulares que incorpore ácidos grasos esenciales que ayudan a reducir la inflamación, antioxidantes que combaten la acción negativa sobre nuestro organismo de los radicales libres y glicosaminoglicanos.
Si tu gato tiene sobrepeso, ponlo a dieta. Este sobrepeso castiga sus articulaciones. Asimismo, una rutina de ejercicios puede ayudarle. Asegúrate de que acceda fácilmente a su caja de arena, a su comida y agua, a su lugar para dormir si lo tiene… La artritis es degenerativa y, con el tiempo, tu gato perderá agilidad y le resultará más complicado acceder a sus sitios favoritos. Si fuera necesario, construye rampas o pasos elevados para facilitarle esto. Hay otras formas de ayudarle, como la acupuntura (consulta antes con tu veterinario), masajes, aplicación de compresas calientes…
En definitiva, y puesto que la artrosis es una enfermedad degenerativa que afectará la vida de tu gato hasta que fallezca, solo nos queda hacerle la vida un poco más fácil. Sigue estos consejos y lograrás, al menos, aliviar algo su dolor. Evita que tenga que superar obstáculos y trátalo con todo el cariño posible. Está demostrado que el amor tiene un efecto curativo.